ECLECTICISMO Y FILOSOFÍA

¿Alguna vez te has preguntado cómo puedes mejorar imitando y asimilando lo que más admiras de otras personas? Sus técnicas, actitudes, aportaciones, valores éticos, etc. Pues, esa es la mentalidad ecléctica que forma parte de la filosofía, integrar lo mejor para aportar algo nuevo que pretende superar lo anterior o, simplemente, dar respuesta a necesidades puntuales que debemos resolver.

En este artículo vamos a argumentar los beneficios de desarrollar una actitud ecléctica ante la vida y el conocimiento.

Empecemos por señalar que por mentalidades y actitudes eclécticas entiendo aquellas que buscan lo mejor, lo más interesante y conveniente de todo, sin importar su origen, por medio de asimilar, combinar y armonizar recursos de diverso origen con el fin de solucionar las dificultades a las que nos enfrentamos y afianzar nuestra habilidad creativa.

¿Cómo podemos conseguir y promover este tipo de mentalidad y actitud eclécticas?

Esencialmente, a base de potenciar nuestro interés por aprender lo mejor de todo. Esto es, lo mejor de aquello que nos puede ofrecer cualquier etapa histórica, cultura, persona, en cualquier área o dominio cultural, sea el religioso, el político, antropológico, ético, etc. Aprender de lo malo de otros para evitarlo y corregirlo en nosotros mismos, y aprender lo bueno de otros para integrarlo en nuestra personalidad y vida cotidiana. Se trata de acoger, mezclar y combinar lo de otros, lo diverso, lo diferente para recrearlo produciendo algo propio, esto es, incorporar en ti aquello que reconoces como lo mejor de los demás.

A continuación voy a presentaros nueve de los beneficios más interesantes que pueden relacionarse con promover en nuestras vidas una actitud ecléctica:

1. En primer lugar, promover una actitud ecléctica impulsa nuestro enriquecimiento cultural ampliando nuestra visión de la diversidad, complejidad y riqueza de la realidad. Al integrar lo mejor de diferentes épocas, generaciones, culturas y pensamientos se amplían nuestros horizontes y fomenta nuestro desarrollo integral. Un ejemplo es el arte, la cocina y la literatura en España reconocida por su enorme riqueza como fruto de la mezcla de culturas que ha experimentado históricamente.

2. Segundo, promover una actitud ecléctica fomenta el respeto, la empatía y la tolerancia nos ayuda a respetar y valorar las diferencias entre culturas, formas de pensar, costumbres, creencias, ideologías, etc. Y, por tanto, afianza el proceso democrático, la paz, el consenso y una actitud inclusiva evitando la polarización y violencia social. Los parlamentos deberían ser un ejemplo de este diálogo que busca consensuar las diferencias para buscar el bien común.

3. Tercero, reduce el fanatismo, el etnocentrismo, así como el egoísmo propio de las mentalidades narcisistas. Reduce el empobrecimiento y la cortedad de miras, el provincianismo anacrónico y letal al que conduce sostenerse en que todo lo que no sea semejante a mis opiniones, creencias, actitudes y prejuicios es malo, es mi enemigo. Con otras palabras, el eclecticismo nos salva de la mediocridad, empobrecimiento y violencia del fanatismo que tan desgraciadamente acaban en guerras promovidas por mentalidades totalitarias.

4. Cuarto, mejora la confianza en nosotros mismos, nuestra habilidad para tomar decisiones, nuestra adaptabilidad y flexibilidad de pensamiento para afrontar de forma positiva las dificultades. Favorece la confianza en nosotros mismos como resultado de impulsar comportamientos que admiramos, promueve la fe en nuestros actos y afianza la confianza en nosotros mismos. Las personas que están abiertas a un amplio rango de ideas tienen más habilidad de adaptarse a las transformaciones impuestas por nuevas circunstancias que aquellas que se atrincheran en ideas o concepciones fijas y cerradas.

5. Promueve el pensamiento crítico y una interpretación compleja, interdisciplinar y diversa de la realidad. La mentalidad ecléctica integra lo diverso con un análisis comparativo que rechaza lo negativo para escoger lo mejor de todas las opciones; nos muestra que la complejidad y la diversidad son dos características de las personas que requieren enfoques interdisciplinares, en contraposición a las interpretaciones reduccionistas y simplistas que nos ofrecen en los medios de comunicación y en la publicidad, en general.

6. El eclecticismo facilita la resolución de conflictos apreciando la diversidad de perspectivas como alternativas capaces de aportar soluciones. Más recursos y una actitud integradora favorecen un diálogo constructivo para buscar puntos en común, lo que puede contribuir a prevenir y resolver conflictos.

7. La educación ecléctica impulsa la autonomía de criterio individual y la resistencia ante la manipulación. El hecho de conocer e interesarse por aprender de diversas ideas estimula una mentalidad perspicaz, autónoma, que valora la independencia y la información objetiva y plural. Además, nos hace más críticos, menos vulnerables ante la manipulación y la publicidad.

8. El eclecticismo impulsa la educación continua, la creatividad y la innovación que necesitamos para dar respuesta a las diferentes etapas y circunstancias propias de la evolución de nuestra vida. Al combinar elementos de diferentes áreas, culturas e ideologías, se fomenta la creatividad y la innovación, lo que facilita soluciones efectivas y originales en todos los campos.

9. El eclecticismo tiene un efecto positivo en el desarrollo de la personalidad tanto a nivel psicológico como ético debido. Su interés por buscar lo mejor en todo, en algunos casos a base de fijarse en lo menos malo, ofrece un paradigma de comportamiento esperanzador que nos impulsa a reconocer lo mejor de lo que nos rodea y a defender en la práctica lo mejor que nosotros mismos podemos ofrecer. 

10. Buscar lo mejor, reconocer qué es efectivamente lo mejor tiene un estricto carácter moral que relaciona a cada individuo con toda la humanidad a través de una relación de reciprocidad mutua. En esta reciprocidad somos uno más que da y recibe, que aprende y enseña. Nuestro ejemplo de comportamiento es el resultado de nuestra libertad para escoger modelos de comportamiento y, a su vez, presentar nuestras acciones como modelo que reivindican el bien propio a base de defender el bien de todo ser humano.

¿Consideras que una actitud ecléctica puede prevenir conflictos sociales? ¿Existe alguna idea, actitud, comportamiento, personalidad de otras personas que admiras que te pueden servir de modelo para mejorarte a ti mismo? ¿No piensas que vivir es hacerse a sí mismo y para ello es conveniente imitar lo que admiras de otros? 

La actitudes filosóficas y ecléctica se identifican con el estímulo de ser más y mejor admirando las posibilidades de todo lo que nos rodea para movernos a actuar de forma libre liberando a los demás de las trabas que nos impiden desarrollar lo mejor de nosotros mismos.